A la sombra de la aparente pérdida de vivencia de principios y valores, el proceso de reflexión interna que sobre la Experiencia Cooperativa se cerró en 2007 (con participación de miles de socios de las cooperativas de MONDRAGON), derivó en algunas líneas de acción estratégicas que incluían un intenso programa de formación cooperativa.
Este programa, aún en curso, llegará a la totalidad de los socios de las cooperativas, partiendo de quienes ostentan responsabilidades en los órganos directivos y sociales.
En el taller al que yo asistí, creo recordar que a comienzos de 2008, tuve la fortuna de tener un encuentro directo con José María Ormaechea.
Ya no es fácil tener la oportunidad de conversar abiertamente sobre la experiencia cooperativa de Mondragón con uno de sus fundadores (para quienes no formamos parte de su más cercano núcleo familiar o de amistades, me refiero), así que valoro aquel encuentro como un auténtico lujo.
Uno de los cinco fundadores de ULGOR (primera piedra industrial de la experiencia cooperativa, germen de lo que hoy es FAGOR), director y alma mater de Caja Laboral, presidente del Consejo General de MCC (Mondragón Corporación Cooperativa, hoy corporación MONDRAGON), promotor de la Escuela Politécnica, de numerosas empresas y centros tecnológicos, vicepresidente de la SPRI…
Su curriculum tiene un sitio destacado en el movimiento cooperativo vasco y en el camino que ha recorrido hasta convertirse en uno de los grupos empresariales más importantes de Euskadi y de España… y en el mayor grupo cooperativo mundial.
Tras su intervención en el taller, en una de las salas de Otalora, en un lúcido y emocionante ejercicio de memoria y de sencillez en el relato de las ideas y las claves de su historia vivida, llegó el momento del espacio abierto a la conversación.
Había estado hablándonos de las que consideraba claves del arranque de un proyecto de una magnitud entonces insospechada.
Pero las condiciones, creencias y anhelos de aquella sociedad y las necesidades de las personas que la formaban distan ya mucho de las de nuestras sociedades y personas actuales. Por eso le pregunté sobre qué haría hoy si recuperara sus 30 años y tuviera que empezar de nuevo.
«No haría cooperativas«, me respondió.
Dijo también otras cosas, más concretas, que me guardo porque no aportarían mucho más a lo que quiero contar en este post. Sobre la representatividad del voto en el gobierno de las cooperativas, por ejemplo…
Supongo que es necesario haber creado la historia como él para permitirse provocar con frases como esa…
Pero en cualquier caso, una respuesta para guardar… y para pensar, ¿no creen?
Hola Jesus, y nos puedes dar alguna idea de las razones de Jose Maria Ormaechea para no hacer cooperativas…puede ser una información relevante para proyectos de emprendizaje en los que andamos metidos, thanks.
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Hola, David. Pues lamentablemente no… no puedo.
La pregunta fue de las últimas y no hubo mucho tiempo para tirar de este hilo. De todas formas, lo que sí hice fue quedarme una reflexión personal, sobre la misma pregunta que tú ahora me haces… pero con la ventaja de hacerla a la sombra de lo que había sido la conversación.
Quienes pusieron en marcha este tinglado fueron personas que se implicaron por valores, por un afán de responder ante necesidades sociales básicas y de corregir desigualdades evidentes, movidos probablemente por algo tan fuerte como la fe… traducida en las ideas del humanismo cristiano y en su doctrina social más avanzada, e incluso en las fuentes ideológicas del socialismo. Lo de «cooperativa»… ¿no fue sino la materialización práctica que vieron mejor se acomodaba y daba coherencia a sus ideas? Algo meramente instrumental que encajaba bien en su tiempo, por tanto.
Las cooperativas son hoy organizaciones poderosas, con demasiada frecuencia más centradas en defender el futuro y los intereses de sus socios que en transformar la sociedad. Aunque el afán de generar riqueza en su entorno sigue existiendo… y es REAL y DIFERENCIAL respecto de otros modelos empresariales, “generar riqueza en el entorno” y “transformar la sociedad” son cosas diferentes, ¿no?
¿Por qué razón, desde los valores, sentiría hoy alguien la “necesidad” de crear una cooperativa?
Creo que la cosa iba por ahí… aunque claro, no puedo saberlo… y a lo mejor no acierto. Así que ya puestos… ¿por qué no se lo preguntáis directamente?
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A mi también me ha sorprendido la frase de Ormaechea. Aunque pensándolo bien, este tipo de estructuras organizativas con mecanismos de toma de decisiones tan lentos no parecen muy adecuadas en los tiempos que corren, donde la velocidad, los cambios y el riesgo son el pan nuestro de cada día.
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Pues sí, Aitor… Puede que también el hecho de que el trabajo se haya ido commoditizando o burocratizando le haga ver a Ormaechea que nuestras organizaciones están lejos del espíritu emprendedor de los comienzos. Puede que sí, que también. A fin de cuentas… él ha sido un emprendedor.
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COOPERATIVAS,DINERO Y SUPERVISION DEL COOPERATIVISMO
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Gracias… ¿Walter?
Una realidad cooperativa diferente a la nuestra, pero probablemente con raíces bien comunes. A mi pregunta «¿Por qué razón, desde los valores, sentiría hoy alguien la “necesidad” de crear una cooperativa?»… das algunas respuestas, en este y en otros vídeos que acabo de ver en http://www.colicoop.com/videos.asp.htm.
Gracias por participar y muy bienvenido a esta casa.
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me gustaría conectarme con el Dr. José María Ormaechea. Por favor si me pasan su e-mail. Vivo en Buenos Aires, Argentina.
Muchas gracias
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Hola, María.
Pues lo siento, pero no dispongo de una dirección para contactar con él. Puedes intentarlo a través de las consultas de la página web de la Corporación MONDRAGON. Si les explicas el motivo de tu interés, lo más probable es que al menos se lo transmitan. El enlace es el siguiente: http://www.mondragon-corporation.com/CAS/Contacto.aspx
Ya lo siento… Y bienvenida a esta casa.
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