Mes: noviembre 2012

Vibraciones: el ser magnánimo

Esta semana hemos podido disfrutar, en un acto interno de empresa, de hora y media de conferencia de Álex Rovira.

Al autor del celebérrimo «La buena suerte» le había escuchado ya en varias ocasiones y por tanto poco de su discurso me resultó una novedad, pero aun así extraje un par de «perlas» nuevas… o al menos que no había almacenado en mi escucha de conferencias anteriores.

Hoy me he topado, ordenando el barullo de hojas y notas que había ido acumulando en mi cartera en los últimos días, con una de ellas. En medio de su discurso, Álex Rovira compartió un constructo mental de esos que tanto se gusta en hacer, jugando con la belleza de las palabras.

Y como me ha parecido bello en sí mismo y reivindicativo de una palabra a su vez bella y menospreciada, he pensado en compartirlo con los pacientes lectores de esta bitácora.

Partía Álex del triángulo mágico de la acción transformadora (querer – saber – poder), pero redactado en forma de dominios:

  • Dominio del conocimiento.
  • Dominio de la acción.
  • Dominio de las emociones.

Lo bonito arranca aquí, porque a cada uno de esos dominios ligó un sustantivo formando una terna preciosa que, luego me dí cuenta, inexplicablemente está formada por palabras bellísimas… casi en desuso en el lenguaje popular:

  • Sabiduría (dominio del conocimiento).
  • Templanza (dominio de la acción).
  • Fortaleza (dominio de las emociones).

Luego jugó a enlazarlas y de nuevo aparece la magia del lenguaje preciso:

  • Congruencia (cuando se conciertan sabiduría y templanza).
  • Coherencia (cuando se combinan fortaleza y templanza).
  • Consistencia (cuando se conjugan sabiduría y fortaleza).

¿Y cómo se llama la combinación máxima de sabiduría, templanza y fortaleza?

Pues él le puso un nombre: magnanimidad.

Y me dí cuenta de que decir de alguien que es una persona magnánima no siempre está exento de una conversación tácita menos recomendable. ¿No creen que ese calificativo suele esconder popularmente una acusación de «sombras de superioridad», de «mirada por encima del hombro»?

A mí me parece que sí y me ha resultado injusto.

Así que quiero reivindicar al ser magnánimo.

Y me voy a fijar bien. Porque debe haber más de uno…