Mes: junio 2013

Vibraciones: envejecimiento

regeneración óseaAcabo de leer en la edición digital de El Correo un artículo sobre la presentación pública de una vía de regeneración de tejidos óseos mediante un nuevo biomaterial patentado por científicos de la Universidad de Granada. Por resumir, básicamente se trata de una combinación de células madre que crecen y se diferencian sobre una tela de carbón activado, dando lugar a un producto que permite la regeneración del hueso porque lo simula extraordinariamente bien.

Barato y eficaz, por lo que parece. Y para los que estamos en el mundo industrial… mediante un composite vivo, vamos… 😉

Al parecer, aún no se han realizado ensayos en seres vivos, pero los resultados de las pruebas de laboratorio han debido de ser espectaculares, hasta el punto de generar gran confianza en los resultados definitivos, que se prevén obtener de las pruebas que arrancarán tras el verano.

Me ha llamado la atención la referencia que los investigadores hacen a que no han identificado productos alternativos en el mercado, ni tampoco nada similar descrito en la bibliografía científica.

Imagino que no es la única investigación en el mundo orientada a soluciones para humanos de las que no haya referencia alguna, así que esa frase de que «veremos cosas extraordinarias» vuelve a mi mente con fuerza, no solo relacionada con la tecnología de los objetos y las comunicaciones, sino con la evolución real del ser humano hacia el «cyborg», un concepto que ya es hoy una realidad y que Raymond Kurzweil anunciaba ya hace unos años en una entrevista de Redes simplemente alucinante.

Pero al mismo tiempo, por mi mente transcurrían en paralelo otras imágenes, las de personas que conozco y que empiezan a vivir pequeños, medianos o grandes problemas relacionados con la salud, que surgen de forma inesperada una vez pasada esa barrera que parecen ser los 50 años

Yo, que desde ya-hace-tanto-tiempo-que-no-me-acuerdo vengo diciendo que voy a vivir 100 buenos años, hace casi dos que he comenzado esta segunda parte de la vida. En mi entorno social y laboral, muchos de mis conocidos están también ahí.

Parece que las sorpresas inesperadas ligadas a problemas cardiovasculares o a degeneración celular multiplican sus posibilidades de forma médicamente muy significativa a partir de esa barrera de los 50. Y me disculparán por la ignorancia, pero les reconozco que no acabo de entender por qué los mecanismos de regeneración celular tienen que estar sometidos a un momento bisagra… y no a un proceso de degeneración más lineal.

Supongo que una mente acomodada a los procesos mecánicos de desgaste en entornos industriales es la que dibuja el marco de esa incomprensión y que otro tipo de conocimiento científico me daría un entendimiento preciso del asunto, porque fuera de ello solo queda asumir que «es lo que hay»… que «es ley de vida».

No me preocupa hoy. No es eso lo que me mueve a la escritura en esta ocasión.

Se trata más bien de la idea de ser eterno. Ya sé que me dirán que siempre hemos sabido que somos finitos, que morir es un hecho inevitable (alguna vez he llegado a postular que incluso es sano 🙂 )… pero creo sinceramente que no se es igual de consciente de ello con 30 años que con el doble. No de la misma manera.

Lo que me ha sorprendido es que, quizá por esos pequeños incidentes vitales que comienzan a aflorar con más frecuencia tras los 50, la conciencia de «cuenta atrás» comience tan pronto, que la necesidad de ir «atando» cosas se manifieste con una vitalidad diferencial, a veces desencadenada por un hecho concreto y a veces por una simple reflexión personal que se va asentando lenta pero inexorablemente dentro de nuestras cabezas.

CyborgDecía Kurzweil en la entrevista que les citaba que «somos la primera generación que trabaja por aumentar su propia esperanza media de vida». Por las noticias que recibimos cada poco tiempo, sé que probablemente tenga razón… pero no dejo de preguntarme para cuántos de nosotros todo eso va a llegar de verdad a tiempo.

Cuántos de nosotros (¿afortunadamente?), de mil maneras invisibles… acabaremos siendo cyborgs-cuasi-infinitos. 😉