«Quince años tiene mi amor»… 🎵
La canción del Dúo Dinámico de 1960 (parte de la banda sonora de la película «Botón de ancla«), es la frase perfecta para describir el momento presente en este blog. Y es que uno le fue cogiendo cariño a esta casa tras los primeros meses viéndola crecer… en una demostración más de que el enamoramiento no tiene que ver con el amor.
Tras 15 años de bitácora, me siento muy a gusto con el hecho de que no haya habido ni un solo mes en el que no haya escrito al menos un post. Recuerdo a muchos que me dijeron que un blogger tenía que publicar con mucha más frecuencia (más de un artículo a la semana, por poner una referencia) para considerarse a sí mismo como tal… pero es que yo nunca he pretendido ser un blogger. Hoy es más un espacio familiar en el que me muevo con la seguridad de lo cotidiano, un lugar al que me gusta acudir y en el que me gusta estar.
Este año va a ser para mí un año de cambios. Terminará esa gran etapa de lo que se denomina «vida profesional», al menos en lo que ha venido siendo mi estándar… y comenzará una nueva etapa vital de la que espero disfrutar muchos años, aunque aún no sepa bien de qué manera.
Creo que para el blog también termina una etapa de madurez. Como en la vida de una familia, con el paso de los años ya se reciben menos «visitas» en casa. Como suele suceder al acabar la vida laboral, la atención se tiende a colocar en otras ocupaciones que en general son muy diferentes de las de tu etapa anterior (e incluso en otro tipo de «hijos»). Como en la vida misma… las cosas cambian.
Siento que también esta bitácora tendrá cambios a partir de ese momento clave y que quizá se produzcan en una dirección no muy alineada con lo que podría dictar la lógica: quizá el tener más tiempo no implique publicar más, sino lo contrario… quizá el salir formalmente del mundo de la empresa permita abrir otras perspectivas sobre la misma… o quizá no, quién sabe. Pero ya no faltan más que unos meses para que las incógnitas se vayan despejando por sí mismas.
El 15 es la «niña bonita« en los juegos de azar o el cambio de etapa de la niñez a la juventud, es una cifra que con frecuencia se usa como puerta entre etapas. También es un número curioso cuando se refiere a tiempo, porque se hace de forma imprecisa: hablamos de una quincena… para referirnos con frecuencia a dos semanas, que son 14 días. Y nos da lo mismo que «15 días» contenga realmente 12 días o 16. Me gusta esa síntesis imprecisa que todo el mundo entiende, porque con el tiempo he aprendido que en ello está la comprensión de la esencia de las cosas que se quieren transmitir, sin que ello desmerezca el conocimiento de la verdad en detalle.
Ese moverse en la ambigüedad desde el conocimiento es parte de los contenidos de este blog, o yo así lo creo. Sin foco de «especialista», porque la «especialidad» se ha ido configurando con el camino: el análisis de problemas, la productividad del trabajo de conocimiento, el aprendizaje y los límites personales, el emprendimiento, el cooperativismo, la estrategia de diversificación, la música, la noción del trabajo, la revolución de la automoción, la evolución de los valores de la sociedad y las personas, la transformación digital, el ejercicio del liderazgo, el arte y las emociones… y hasta, esporádicamente, la vida política.
Al final, es fruto de haberme convertido en alguien que no sabe mucho de absolutamente nada, pero que cree entender cómo se interrelaciona todo y qué esencia se esconde en el fondo de cada cosa que ocurre en la vida de las organizaciones y de las implicaciones de su interacción con el todo. Creo que se llama pensamiento sistémico… 🤓
Como telón de fondo, y más cuanto más años han ido pasando, las personas que todo lo mueven (o no) y la innovación, como propósito de vida ligado a la permanente búsqueda de un mundo mejor, emocionante por diferente y único, valioso para uno y para muchos, rico para el alma…
Bueno… ahora tocaría hablar del «yin» de ese «yang», pero me temo que me adentro por un balance que aún no toca hacer… 😉 así que vamos con el resumen de este año transcurrido.
13 artículos que comienzo a citar por las «Reflexiones»:
- Curación y saturación.
- Ser creativo.
- Reactualización de tendencias en transformación digital.
- Tendencias en transformación digital – Metaverso industrial.
- Tendencias en transformación digital – Inmunidad digital.
- Tendencias en transformación digital – IA generativa.
«Vibraciones (con sus detonantes)»:
- Vueling: la otra cara del éxito. [La decepcionante evolución que percibo en Vueling, respecto de la experiencia de cliente]
- La dignidad del trabajo. [El significado de la dignidad del trabajo y el caso Betsaide]
- Como si fuera bobo. [La mercantilización y el marketing para tontos como ruta de la política al populismo]
- De vacaciones. [El verano, que huele a vacaciones… sin más…]
- Árbol de Navidad. [La Navidad como inexplicable paréntesis]
«Vibraciones sonoras»:
Y en otros:
Como el año anterior, la reflexión «Sobre el coaching y el cuestionamiento de los juicios maestros« (600 visitas registradas en WordPress) ha sido la más vista del año, adelantando por segundo ejercicio consecutivo al histórico liderazgo de mis reflexiones sobre “Ventajas e inconvenientes de la gestión por competencias”.
Entre los 10 artículos más vistos en este periodo han entrado como novedades de 2023 el de «Metaverso industrial» y el más genérico de «Reactualización de tendencias en transformación digital«, pero lo más significativo de este año es que, por primera vez y de forma muy llamativa, la práctica totalidad de los restantes artículos del año están entre los 20-25 más vistos. Eso significa que la historia de esta bitácora empieza a perder relevancia en búsquedas y consultas, algo que ya no se revertirá.
Como cada cierre anual, queda actualizada también la página de «Temas de empresa«. También las «Vibraciones sonoras«. En cuanto a cifras, más de 6.000 impresiones de artículos del blog en LinkedIn, aunque cada vez menos visitas registradas en WordPress (poco más de 4.000), que confirman su ubicación marginal en este universo bloguero.
Bueno, ya hace tiempo que este asunto perdió la poca importancia que reconozco que una vez sí tuvo…
A fin de cuentas, como en «15 años tiene mi amor», la niña que es este blog «cuando más me gusta es bailando este rock». O sea, cuando escribo… 🙂
Seguimos… al menos unos meses más.