Vibraciones: recuperar la alegría

Quizá es que yo mismo sienta la necesidad en estos momentos de recuperar la alegría como forma normal de estar ante las cosas…

El caso es que en los últimos meses me ha tocado trabajar alrededor del concepto de «positividad», una de esas palabras que se ponen de moda de pronto (más de 1.000 referencias nuevas indexadas por Google cada semana) y que hacen que hordas de conferenciantes, psicólogos, creadores de tendencias y hasta coaches se alineen con los responsables de las empresas para orientar su mirada hacia ellas.

Es importante, no lo niego. La positividad tiene que ver con comportamientos derivados de un estado emocional que trata de colocarse siempre del lado más favorable que todas las cosas tienen, por muy terrible que sea lo que sucede.

No es una postura ingenua, es simplemente una opción disponible, aunque no siempre fácil. Es optar por ese lado y no por otro, quizá más evidente… porque abre y no cierra posibilidades de acción efectiva.

Positividad horca

Esta Navidad me ha dado por pensar que una de las emociones que se nos ha ido diluyendo progresivamente estos años es la de la alegría.

Seguro que hay multitud de estudios relacionados con esta emoción sana que puede ser provocada por cientos de hechos sencillos de nuestras vidas cotidianas… pero para acercarnos a ella desde la escucha, nada como una imagen… o mil palabras.

Y esta vez he optado por la imagen… 😉

Olvídense de la parte final promocional y contemplen a 32 dedos y 8 pulgares, en acepción anglosajona, generando una dosis de alegría…

Y olvídense de que es un anuncio diseñado y mercantilmente elaborado y díganme, para terminar, si dar un regalo, sobre todo si es inesperado, no provoca alegría en quien lo recibe, en quien lo da… y en quien lo observa.

Aunque ninguno de ellos lo haya pagado e independientemente del valor o del objeto del regalo…

Este año, por tanto, les deseo una feliz y alegre Navidad.

Eso sí, moderadamente, para que dure…

🙂

10 comentarios

  1. Dice la Wikipedia que la alegría es “un estado interior fresco y luminoso, generador de bienestar general, altos niveles de energía y una poderosa disposición”.
    La felicidad en cambio está asociada a algo, sea una meta, una posesión… Tienes mucha razón, la alegría no necesita disculpas, o podríamos decirlo al revés, cualquier disculpa es buena para la alegría. 🙂

    Un abrazo Jesús.

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  2. Me ha visitado el espíritu de tus Navidades pasadas. Le he vuelto a agradecer aquel regalo que tanto disfruté, durante tanto tiempo, con tanta gente …

    He ido en busca del de tus Navidades futuras, pero andaba liado en su fábrica de emociones. No le he querido molestar …

    Llevo un rato aquí, en tu presente, sonriendo, contenta. Soy una persona alegre, de sonrisa barata que no renuncia a su melancolía, tristeza, enfados, … y te agradezco estos regalos.

    No hace falta la moderación. La alegría se puede malgastar sin temor a agotarla. Vuelve siempre. Aunque se aleje, a veces.

    No tengo tiempo para envolverlo, pero te dejo un pequeño regalo
    Lo envuelves tú con la sonrisa que te deseo, después.

    Y alegres fiestas, Jesús, también, para tí y los tuyos!

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    1. Gracias, Marta, por tu regalo y por tus palabras.

      Lo de moderadamente feliz es un mantra que sobrellevo con dignidad, aunque reconozco que acarrea una leve sombra… ¿quizá un poco resignada, quizá de melancolía…?

      Pero tienes razón en lo de la alegría. No es necesaria en ella la moderación. Bienvenida sea si llega… y cuanta más traiga, mejor.

      Un abrazo.

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  3. A mi me haces recuperar esa alegría Jesús, diluïda entranyable y nostàlgica entre evocaciones de otros tiempos. Esta introspección tuya en voz alta me llega càlida y me siento orgulloso y esperanzado por quienes podemos llegar a ser. Fantástica siempre tu maneras de felicitar la Navidad. Me ha encantado el primer vídeo y me dá absolutamente igual que se trate de publicidad: La idea y la interpretacíón son brillantes. El segundo vídeo me ha hecho pensar que hasta por televisión puede haber interacción…si se quiere claro 😉 [no lo he podido evitar…]

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    1. Hola, Manel.

      Me encanta ese apunte que haces de sentirnos orgullosos de lo que podemos llegar a ser. Es muy necesario recordar cada poco que podemos hacer cosas espléndidas que no dependen más que de que queramos hacerlas.

      Una confidencia: no puedo explicar por qué, pero al publicar la viñeta, el claroscuro de su tono vital me trajo a la mente tu «cara B»… 😉

      Un abrazo.

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    1. Gracias, Asier.

      Es bonito emocionarse, ¿verdad?

      A ver si la alegría se extiende durante el año y sabemos disfrutarlo incluso más de lo que pensamos…

      Un abrazo.

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